El puente presente

Desde el comienzo de la humanidad ha existido conflictos, rivalidades y desacuerdos que nos han traído consecuencias negativas para la convivencia en armonía, dentro de la relación de pareja, la familia, los grupos de trabajo y la sociedad en general. En muchos de los casos es necesario crear puentes para recuperar la afinidad que necesitamos estableciendo acuerdos y entendimientos.

La explicación más simple que podemos tener para entender un poco más sobre los puentes es presenciarlos a nivel natural; en un ambiente de la naturaleza podemos tener dos áreas diferentes que vienen separadas, por ejemplo, un río. Para tener una comunicación física entre estas dos áreas, se construye un puente, una obra de ingeniería. Al crearlo, se tiene que estar pendiente de cómo se construye, como van a ser las bases, como es la física del río, la zona donde se va a construir el puente y otros detalles de importancia. Otro de los aspectos que se tienen presente es el respeto del sitio donde se va a colocar y como se va a realizar la conexión entre un área y la otra, ya que dichas áreas pueden ser muy diferentes. Así funciona con respecto a las personas.

Cada vez que se quiera tender uno nuevo entre dos personas o dos disciplinas diferentes, tenemos que primero respetar tanto la forma de ser y la personalidad de uno como de otro, ya que pueden ser muy diferentes a pesar de que alguna vez estuvieron unidos; pese a que en la actualidad esas dos personas se encuentren separadas, ese puente que se construya debe servir para establecer una buena comunicación, entre un individuo y el otro.

Cuando establecemos los puentes, deberíamos ponernos en el zapato del otro. Puede ocurrir que, de repente, no conocemos la historia de vida de ese individuo, entonces no sabemos qué motivos implica su comportamiento, su forma de actuar o que problema tenga que necesite ayuda. Nos enfocamos en no querer mirar a esa persona y lo que hacemos es alejarnos.

La separación a veces es una ilusión, por ejemplo, en el caso de una pareja que tiene hijos, el mismo hijo es el puente; es la conexión que hay entre uno y el otro. Cuando hay una pareja separada, el decir: yo no voy a tener contacto con el otro, no quiero mirarlo, no quiero verlo, puede generar una situación muy difícil porque cuando se comparta la vida de los hijos como ocurre en momentos especiales: comunión, bautizo, graduación, boda, en que los padres de ese hijo están presentes, se tiene que compartir con la ex pareja.

Se trata de transformar la energía, lo que ya no funcionó en ese momento, no funcionó en la pareja, hay que dejarlo de lado porque queda la relación de padre que es una cosa muy diferente; se transforma esa energía y se puede hacer el papel de padre en un bien común que es el hijo, que tiene que salir adelante y siempre debe tener la figura de esos dos padres durante su vida para ser lo más libre posible.

Construir un puente significa que yo respeto mi espacio y respeto el espacio de esa otra persona; busco un canal de comunicación donde ambos podemos crecer y salir adelante.

El tiempo que vivimos es el presente, el presente es un puente entre el pasado que debemos dejar atrás y el futuro que nos espera, nosotros siempre estamos transitando por un puente presente.