Utiliza el miedo a tu favor

Utiliza el miedo a tu favor y conquista tu libertad.

El miedo es una respuesta natural ante el peligro; una sensación que atraviesa el cuerpo, la mente y el alma. Se puede deber a algo que pasó, que está sucediendo o que podría pasar.

La manifestación fisiológica del miedo se da en el cerebro. Ocurre porque el cerebro está todo el tiempo escaneando a través de los sentidos todo lo que sucede alrededor de la persona, incluso cuando duerme. Si en algún momento detecta un peligro, se producen cambios físicos inmediatos que pueden favorecer el enfrentamiento, la parálisis o la huida.

El miedo, aún así, es una emoción básica y primaria, ya que se encuentra en todas las culturas y sentirlo trae grandes consecuencias sobre el organismo. Cuando sentimos miedo, nos lleva a sentirnos también indefensos.

Aquello para lo cual sirve el miedo tiene que ver con nuestra capacidad para reaccionar rápidamente ante situaciones peligrosas, ya que gracias a él nos retiramos cuando existe una amenaza. El miedo se activa ante el peligro y permite responder con mayor rapidez y eficacia ante las adversidades.

El miedo solo es una emoción que reacciona en función de nuestros patrones mentales, de nuestras creencias y pensamientos. En sí mismo es positivo, nos ayuda a alejarnos de un suceso para el cual todavía no estamos preparados. Tiene una utilidad muy importante en nuestra vida.

El problema, con cualquier emoción, es cuando nuestras creencias e interpretaciones hacen que sintamos miedo de forma disfuncional, es decir, lo que ocurre a consecuencia de sentir ese miedo es aún peor que lo que ocurriría si no lo sintiéramos. El miedo no es un problema, solo nos obedece; el problema es lo que hacemos con el miedo. Es sano sentir miedo pero este no debe convertirse en un impedimento o un obstáculo para lograr nuestros objetivos.

“La sociedad, la iglesia, el estado, quieren que todos vivan en una condición de miedo constante. Miedo a lo conocido, miedo a lo desconocido, miedo a la muerte, miedo al infierno. Miedo a no ir al cielo, miedo a no dejar tu nombre en el mundo, miedo a no ser nadie. Todo el mundo desde tu nacimiento crea miedo a tu alrededor. Ningún niño nació con miedo. Cada niño nació con libertad, duda, rebelión, individualidad, inocencia; todas grandes cualidades.”  Osho