El fuego es el primer elemento que controló el ser humano, que logró dominar y que significó el punto de inflexión para la raza humana. , es la energía que sube y se expande, la que se proyecta con fuerza, la que da luz.  Por ello el verano es el momento que representa los colores de este ciclo constructivo. El fuego es el gran transformador, el que permite ver las cosas y tomar conciencia de ellas.  Su dirección cardinal es el Sur: simboliza la luz y el sol.  

Sus colores son toda la gama de rojos, rosas, naranjas, fucsia, amarillo es decir colores Yang. Utiliza los colores del elemento fuego cuando necesites más alegría, quieras avivar algo, o hacer una gran transformación, cuando necesites luz o mirar con claridad, también cuando quieras haces se conozca y tenga proyección. Los colores fuego permiten el dinamismo, la exuberancia y ser extrovertidos.

El color rojo: es el color que transmite la máxima vibraciones. Lo asociamos al calor, la pasión y la energía vital. Esta asociado con el amor.

El color naranja: es el color de la túnica de los monjes budistas, expresa unión con el Universo. Los tonos derivados del naranja (durazno, salmón) son excelentes para generar una sensación de unidad, fraternidad e igualdad.

El color amarillo: es el color del sol, de la luz, del día, del optimismo y de la claridad. Pero el amarillo es sensible a los cambios de tonalidad, ciertos tonos pueden recordar envejecimiento, enfermedad, o traición.