Drena la rabia y sácale utilidad

La ira es una emoción que aparece cuando nos vemos sometidos a situaciones que producen frustración o nos resultan desagradables, pues nos sentimos atacados. Es un estado emocional que varía en intensidad. Consta desde una irritación leve hasta una furia e ira intensa. Como otras emociones, está acompañada de cambios psicológicos y biológicos.

Puede ser causado por sucesos externos o internos. Es una emoción humana totalmente normal y por lo general, saludable. No obstante, cuando perdemos el control de esta emoción y se vuelve destructiva, puede ocasionar muchos problemas en el trabajo, en las relaciones personales y en la calidad general de vida.

Cuando sucede, nuestro ritmo cardiaco aumenta al igual que nuestra respiración se acelera, los músculos se tensan y el flujo sanguíneo se dispara preparándonos para actuar ante una amenaza percibida.

Debemos evitar confundir la emoción de la ira con la agresividad, ya que ésta es una de las múltiples maneras de gestión emocional. Experimentar y expresar la ira a través de la agresividad depende de las conductas que hayamos aprendido a lo largo de nuestra vida.

Expresar los sentimientos de enojo con firmeza pero sin agresividad es la manera más sana de expresar el enojo. Para hacerlo, se debe aprender cómo dejar en claro cuáles son nuestras necesidades y cómo realizarlas sin lastimar a otros.

Otra manera de abordar esta reacción consiste en reprimir el enojo y después convertirlo o redirigirlo. El objetivo es inhibir o reprimir su enojo y convertirlo en una conducta mucho más constructiva. Es fundamental la relajación y calmarnos interiormente.

Aferrarse a la rabia es como agarrar un carbón ardiendo con la intención de tirarlo a alguien; eres tú quien te quemas.-Buda.

La ira es una gran fuerza. Si la puedes controlar, puede ser transformada en un poder que puede mover el mundo entero.-William Shenstone.