Conoce las energías cambiantes de los espacios

En la ubicación espacial, los puntos cardinales representan la dimensión invisible del Feng Shui. El planeta Tierra, fuente de la energía Chi, es un gigantesco imán, con sus polos al norte y al sur. Para los antiguos filósofos orientales, esta energía vital universal o Chi ingresa a nuestra galaxia a través de un particular grupo de estrellas. Este grupo está formado por la estrella Vega, la estrella Polar y por la constelación de la Osa Mayor. Esta última está formada por siete estrellas, mientras que Vega y Polar expresan las fuerzas puras del Chi Yin y Yang respectivamente.

Estas energías electromagnéticas invisibles también influyen en nuestra vivienda, por eso el Feng Shui pone especial atención en la manera en que las casas se orientan con respecto al norte magnético. Para representar y describir estas energías, en este arte ancestral se usa las estrellas voladoras. Tras siglos de observación se llegó a la conclusión de que esos movimientos estelares se asociaban a determinados presagios, que permiten que la vida evolucione y cambie.

El término estrella en el Feng Shui se refiere a cierto tipo de energía o vibración. No se refiere a un cuerpo celeste o a un objeto con forma estrellada. Las estrellas son energías invisibles, pero sus efectos son muy concretos. Funcionan de esta manera: hay una estrella regente del ciclo de la Tierra, una del Frente y otra de la Montaña (o parte trasera de la propiedad). La combinación de éstas es lo que determina la energía de ese espacio. Se pueden añadir otras estrellas como la del año y la del mes. Lo que hace que la energía cambie constantemente. De ahí lo de voladoras o móviles.

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Hay nueve estrellas y se identifican con un número y un color. Se distribuyen en una cuadrícula de 3 x 3, llamada Lo Shu. Ocho de las estrellas ocupan las direcciones principales; norte, noreste, este, sudeste, sur, sudoeste, oeste y noroeste; la restante va al centro para completar las nueve.  Asemejando a las estrellas del cielo, los números cambian periódicamente de posición, vuelan de acuerdo a un patrón determinado en períodos de 20 años, de un año, de un mes o de un día. Cada estrella corresponde a un elemento. Aquellos que nos permitirá amplificar los presagios positivos y reducir las influencias negativas que nos llevan al cambio será la utilización de los ciclos de la teoría de los cinco elementos.